Por Juan Tomás Valenzuela
Un guardia destituido,
del coro de Juan Bragueta,
se quedó con la jeepeta
que en su rol, le habían cedido.
De acuerdo a lo acontecido,
el general Aracenis,
no ha devuelto, ni los tenis,
ni el arma de reglamento,
ni el yipe, ni el armamento
que tenía bajo su mando,
y anda por ahí, azarando,
quien sabe con qué argumento.
El alto oficial, que está
ahora sin ocupaciones,
se activó con dos cañones
pá quien lo venga a enfrentá.
Él dice que pá entregá
el título de la Prado,
el mismo Jefe de Estado
tendrá que venir por él,
a intentarlo convencer
o nombrarlo en algún lado.
Al recién destituido
oficial de larga data,
le ofrecieron un Sonata
naranja, reconstruido.
Y dicen que el muy bandido
se negó al ofrecimiento.
Y está usando de argumento
que el que antes lo presidió,
cuando se fue, se llevó
dos Tacomas y un Sorento.
“Yo soy capa de matarme
si me quitan la jeepeta
que me entregó Juan Bragueta
el día que vine a alistarme.
¿Porque desconsiderarme
si soy un hombre correcto?
Si me pongo de insurrecto,
al no entregar la Toyota,
es que quedé en bancarrota
con el Penco y su proyecto”.
“Yo soy un hombre de bien,
y le ruego al presidente,
que me ceda gentilmente
este yipe pá mi harem.
Aquí tengo kerosene
y estoy dispuesto a quemarla
si me obligan a entregarla,
ya que Milciades Medina,
me la dió, a cambio de harina
y protección pá embarcarla”.
Juan de los Palotes
9 septiembre 2020